LIBRE DE LAS DEUDAS

Una de las descripciones que nos da la Biblia acerca del grupo de gente que entró a la cueva con David es que era gente que estaba endeudada.

Una de las descripciones que nos da la Biblia acerca del grupo de gente que entró a la cueva con David es que era gente que estaba endeudada.  Según la palabra usada en el texto original, aquella gente había sido víctima de usura.  Una de las cosas que a Dios le molestaba era la usura, el sobrecargo de intereses, el aprovecharse de la gente de forma inescrupulosa, era cuando la gente abusaba de otra económicamente. 

En el Antiguo Testamento, se permitía tomar deudas y prestar a otros, pero bajo ciertas reglas.  Cuando un hermano le prestaba a otro, no podía cobrarle grande interés; tenía que darle una salida honrosa; eran préstamos amistosos, para ayudar, para impulsar.  Dios creó un sistema en el que, cada cierto tiempo, el pueblo quedaba completamente libre; el pueblo no vivía esclavo de aquellas malas decisiones financieras que tomaran en un momento dado, sino que quedaban libres de toda deuda; Dios no permitía que el pueblo viviera en esclavitud económica.  Así que, cuando se habla de una deuda particularmente en el Antiguo Testamento, una de las características era esa: Se prestaba, pero no se abusaba, no se cobraba intereses con usura, no se cobraba el exceso que el mundo quiere cobrar. 

En una ocasión, nuestro Señor Jesucristo, entra al templo y termina diciendo: Mi casa es casa de oración.  Estos versos son utilizados para hablar de los negocios dentro de la iglesia; la Biblia dice que aquellos empresarios estaban vendiéndole a aquella gente frente al templo, y Jesús volcó las mesas.  Pero la razón por la que Jesús se molestó es porque las prácticas empresariales de aquellos vendedores eran basadas en la usura; se estaban aprovechando de las circunstancias para abusar de aquellos que se supone que eran sus hermanos.  La gente emprendía un largo viaje al templo para presentar sus ofrendas, sus sacrificios.  Si tenías una vaca robusta, buena como para un sacrificio, si la traías contigo por un camino de tantos días, hasta semanas, seguro llegaba como una vaca flaca.  Pues la gente vendía el animal, y con eso compraban otro para sacrificar, una vez llegaran al templo.  Se suponía que, con el dinero de la venta, pudieran adquirir un animal de igual calidad al vendido; pero los vendedores se aprovechaban de la necesidad, y le cobraban a la gente en exceso.  Aquella era una manera de esclavizar a la gente que llegaba al templo. 

Para ser libre de deudas, tú tienes que entender que la misma es una esclavitud.  Cuando tomas una deuda, te haces esclavo del que te presta.  Si tú quieres dañar una amistad, una relación familiar, presta dinero.  Para vivir libre de deudas, tienes que saber que Dios no te hizo para que tú fueras esclavo.  Aprende a vivir libre de deudas, no seas esclavo de nadie. 

'7 El rico se enseñorea de los pobres, y el que toma prestado es siervo del que presta.'  Proverbios 22:7 

El proverbista dice claramente al pueblo de Dios que tiene que enseñar a sus hijos que cada vez que toman prestado lo que están es haciéndose esclavos de aquellos que les prestan.  Si algo es consecuencia del pecado es el dominio o el control, la esclavitud del ser humano.  Cuando Adán y Eva pecan, una de las consecuencias negativas fue que Dios le dice a Eva que ahora Adán se enseñorearía de Eva.  Ese no era el plan de Dios.  Todo intento de dominar, manipular o esclavizar al ser humano es una acción fuera del orden de Dios.  Dios no quiere que nosotros dominemos sobre los demás.  No significa que no vaya a haber líderes, que tú no vayas a someterte a figuras de autoridad en una jerarquía en una organización.  La mentalidad incorrecta es cuando tratas de tomar dominio, manipular o esclavizar a otros a tu alrededor.  Es por eso que las deudas son tan malas.  La persona que, con dinero, trata de controlar, dominar a los demás, no obra como Dios quiere. 

Cambia tu mentalidad.  Solo a Dios tienes que servir, solo a Él debes toda gloria y honra, solo a Él debes obedecer.  Al tomar deudas, has cambiado de señor; ahora le sirves a la deuda, al banco, a lo que el mundo te dice.  No tienes tiempo para Dios, para lo que Él te pide; estás atado económicamente, tu trabajo te ata; Dios te pide que hagas algo, pero el compromiso económico te detiene.  No es que tú no seas generoso, sino que las deudas que tienes no te permiten dar con facilidad.  Es una angustia sembrar, ofrendar, diezmar; tienes tantos compromisos económicos que te preocupa y te desespera saber cómo vas a salir de eso.  Hoy, ten un cambio de consciencia; decide huirle a las deudas.  No las veas como una opción para tu vida.  Camina en la libertad que Dios quiere que tú camines. 

Las deudas limitan tu capacidad y no te permiten enfocarte en la multiplicación, en el aumento que Dios quiere traer para ti.  Para ser libre de deudas, tú tienes que estar enfocado, no en los pagos que vas a realizar, sino en la ganancia, en la victoria y bendición que Dios te quiere entregar.  Cuando tú eres capaz de vivir de esta manera y pensar de esta forma, entonces puedes obtener la libertad económica que Dios tiene para tu vida. 

Los 400 de David era gente endeudada; pero luego de reconocer la unción que Dios había depositado en David, y salir con él a batallas, Dios les permitió que pudieran dar la mayor ofrenda con la que, luego, Salomón construyera el templo.  Únete a Los 400.  Creemos que Dios va a hacer algo especial en tu vida, y pronto testificarás de grandes victorias que Dios habrá traído a tu vida. 

Jorge Calles

Venezuela, Estado Zulia

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