EL FINAL DE TU DIA MALO

El concepto de fe es muy difícil de explicarlo y de entenderlo. La verdadera fe no es mental, sino algo de tu espíritu, y se demuestra con la consistencia de tu actitud en medio de los días malos

El concepto de fe es muy difícil de explicarlo y de entenderlo.  La verdadera fe no es mental, sino algo de tu espíritu, y se demuestra con la consistencia de tu actitud en medio de los días malos.  Cualquiera puede pedir fe en oración, pero si tu comportamiento cambia en el día malo, entonces tu comportamiento dice que no tienes fe.  Puedes orar todo lo que quieras, aprenderte cuanto verso bíblico quieras, pero es tu comportamiento el que demuestra tu fe.  Tu espíritu se comunica con Dios, y tu espíritu le habla a tu mente.  Dios no le puede hablar a tu mente; tu mente no puede entender lo que Dios quiere decirte.  Dios lo pone en tu interior, y tu espíritu comienza a comunicarse con tu mente.  El problema es que nuestra mente se tarda, muchas veces, en comprender lo que Dios quiere decirnos.  Tu mente comienza a medir tu fe por tus resultados.  Pero, en Hebreos 11, se nos habla acerca de grandes hombres de fe de la Biblia; Abraham, Abel, Enoc, Noé, Sansón, Gedeón, David; y este mismo capítulo nos habla, además, acerca de otros que, también por la fe, fueron vituperados: 

'36 Otros experimentaron vituperios y azotes, y a más de esto prisiones y cárceles.  37 Fueron apedreados, aserrados, puestos a prueba, muertos a filo de espada; anduvieron de acá para allá cubiertos de pieles de ovejas y de cabras, pobres, angustiados, maltratados; 38 de los cuales el mundo no era digno; errando por los desiertos, por los montes, por las cuevas y por las cavernas de la tierra.  39 Y todos éstos, aunque alcanzaron buen testimonio mediante la fe, no recibieron lo prometido;'  Hebreos 11:36-39 

Hay unos que no obtuvieron toda la promesa, pero comoquiera están en este capítulo que nos habla acerca de los grandes hombres de fe.  No obtuvieron todo lo que querían, pero delante de los ojos de Dios, fue gente que vivió por fe. 

En lo natural, las cosas no siempre te van a salir como tú piensas; pero tú lo que tienes que aspirar es a ser contado entre aquellos que, por su fe, alcanzan buen testimonio delante de Dios.  Que el que tenga buen testimonio de ti sea el Dios Todopoderoso, y que aquellos que te vean puedan saber una cosa: Que aún en el día malo, en el día difícil, tú sigues creyendo, sigues haciendo lo que tienes que hacer. 

Tu fe se manifiesta por la consistencia de tu comportamiento.  Mantente firme, aunque los resultados naturales no demuestren que estás avanzando.  No permitas influencias externas; permite que sea tu espíritu el que hable a tu mente, y guárdate de que los resultados cambien tu forma de pensar. 

Guarda tus pensamientos en el día malo; no pienses que no vas a salir de esto, no dejes de hacer lo que sabes que tienes que hacer.  Sigue creyendo, hasta que Dios te dé la victoria.  El final de tu día malo comienza cuando el día malo no se puede meter en tu interior y no cambia tu comportamiento.  Con problemas o sin ellos, adora a Dios.  Levántate, sigue creyéndole a Dios.  Cuando el día malo no puede meterse dentro de ti, ese día comienza a acabarse tu día malo, y pronto vas a llegar a donde Dios dijo que vas a llegar. 

El día que tú dejes de hacer lo que Dios te dijo que hicieras, ese día, el día malo acabó contigo.  Pero el día que tú decides que, a pesar de todo lo que está pasando, tú vas a hacer lo que Dios dice que tú tienes que hacer, no importa lo que haya a tu alrededor, tú no retrocedes, vas hacia adelante.  Ese día es el final de tus días malos.  Y al final de tus días malos, Dios va a tornar todo lo perdido en una doble bendición. 

Hay una historia en la Biblia donde tres jóvenes –Sadrac, Mesac y Abednego – dicen: El Dios al que servimos nos puede librar del horno de fuego, y si no lo hace, comoquiera le adoraremos.  Esta frase la dicen estos jóvenes que, unos años atrás, vieron cómo Nabucodonosor mató a su líder; los apresaron, y todavía decían que el Dios que permitió estas cosas era capaz de librarles, y si no, comoquiera le adorarían.  Y es que esto no se trata de lo que pase afuera, esto se trata de fe.  

Tu comportamiento no debe ser basado en lo que estás viviendo, sino en lo que estás creyendo, que es lo que te mantiene firme. 

Tu día malo ya va a terminar, pero comienza a terminar el día que, en tu interior, tú dices: No le voy a dar el gusto.  No le des el gusto a las circunstancias de detenerte.  Haz lo que tienes que hacer.  El día malo comienza a terminar cuando, a pesar de todo lo que te está pasando, tú sigues creyendo.  No todo va a salir como pensabas, pero sigue yendo a la casa de Dios; y no hagas cosas indebidas, no vaya a ser que, cuando Dios te liberte –porque te va a libertar comoquiera – tengas que cargar con cosas que no debías cargar. 

Tu día malo va a terminar.  Deja de estar siendo influenciado por las voces incorrectas.  Párate firme, sigue hacia adelante haciendo lo que tienes que hacer; pronto el Dios al que has creído te va a dar la victoria.  No va a ser fácil, no es que no vayas a tener problemas, pero los problemas no van a acabar contigo. 

Jorge Calles

Venezuela, Estado Zulia

Horario

Abierto de 8 am a 6 pm

Contacto

584246971240
yosoydeemanuel@jorgecalles.com

Social Media