ROBARA EL HOMBRE A DIOS?

'Como no conviene la nieve en el verano, ni la lluvia en la siega, Así no conviene al necio la honra.  2 Como el gorrión en su vagar, y como la golondrina en su vuelo, Así la maldición nunca vendrá sin causa.'  Proverbios 26:1-2 

Cuando experimentamos problemas y maldición, hubo algo que lo provocó.  No todo lo negativo lo provocamos nosotros, pero algo lo provoca.  Hay 5 cosas que la Biblia nos muestra que provocan pobreza en nuestra vida.  De estas cinco, sí muchas veces nosotros somos responsables.  Los problemas no salen de la nada; algo los provoca.  Si tú conoces cuál es la raíz, la causa de un problema, puedes trabajar para eliminarlo. 

Desobediencia.  Cuando desobedecemos a Dios, o alguna ley espiritual o natural, experimentamos pobreza.  En Génesis 3, Dios dice a Adán que, por causa de que pecó, por desobedecerle, la tierra sería maldita.  Hay quienes pretenden tener resultados económicos desobedeciendo a Dios, los principios naturales y espirituales, aquellas cosas que gobiernan el mundo financiero.  Dios es un Dios de misericordia y amor, Él perdona nuestros errores, pero muchas veces tenemos que vivir con las consecuencias de nuestras malas decisiones.  Tenemos que alinearnos con la palabra de Dios, alinear nuestra vida y pensamientos, sabiendo que, en la medida que nuestras vidas sean gobernadas por la palabra de Dios y obedezcamos, Dios nos dará la victoria.  Dios dice a Josué que medite en el libro de la ley, de día y de noche, para que hiciera prosperar su camino, y todo le saliera bien.  Era Josué el responsable de que su camino prosperara, si él obedecía la voz de Dios y sus mandamientos.  Esa es la promesa que Dios te ha dado.  Deuteronomio 28 te habla de todas las bendiciones de la obediencia; y las bendiciones de la obediencia son prosperidad.  Dios ha prometido aumentarte, prosperarte, reprender al devorador, siempre que tú obedezcas su voz.  Así que, si has estado experimentando problemas financieros, puede que hayas desobedecido alguna regla, alguna ley, algún principio; desobedeciste a Dios en algo que tenías que hacer.
Ignorancia.  Pensamos que lo que no conocemos, no nos afecta, pero lo que tú no conoces te detiene, te paraliza.  Dios dice, en Oseas 4: Mi pueblo fue destruido porque le faltó conocimiento.  Y continúa diciendo: 'Por cuanto desechaste el conocimiento…'  Y eso es lo más triste, porque una cosa es que se te haya ocultado alguna información; otra, la enseñanza que tú rechazas por no prestar atención, por no dedicarle tiempo, por no salir de viejos preceptos.  La Biblia dice que el que desecha el conocimiento va a destrucción.  Por eso, si quieres erradicar la pobreza de tu vida, tienes que dejar a un lado la ignorancia.  La gente próspera es gente que estudia la palabra de Dios, estudia los principios económicos de la tierra, no son ignorantes a las leyes que rigen sus regiones, a lo que acontece a su alrededor.  Así que saca la ignorancia de tu vida.
Incredulidad.  Tú puedes tratar de obedecer a Dios, pero sin fe no lo podrás hacer.  En Salmos 35, dice la Biblia: '…digan siempre: Sea exaltado Jehová, Que ama la paz de su siervo.'  Exaltado sea Jehová, que quiere que tú prosperes, que tú progreses.  Esto es lo que tú tienes que creer.  La religión ha hecho creer que a Dios no le importa tu situación económica, que tú no deberías estar creyendo por prosperidad.  La gente cree que Dios los quiere salvar y sanar, pero muy pocos creen que Dios los quiere prosperar.
Miedo.  Cuando una persona vive en miedo, no puede aplicar en su vida los principios espirituales, no se atreve a tomar decisiones, a hacer lo que tiene que hacer para provocar la bendición y multiplicación que Dios le ha prometido; el miedo le paraliza, le hace huir, yendo en retroceso en lugar de progreso.  Dice la Biblia que el temor del hombre pondrá lazo, mas el que confía en Jehová será exaltado.  Tienes que eliminar de tu vida el miedo al mañana, a quién va a suplir y cómo, el miedo a qué va a pasar.
Incumplimiento.  El Dios al que servimos ha establecido principios espirituales que provocan en nosotros bendición.  Malaquías 3 nos habla claramente de las consecuencias de no diezmar y ofrendar a Dios. 
'8 ¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? En vuestros diezmos y ofrendas.  9 Malditos sois con maldición, porque vosotros, la nación toda, me habéis robado.'  Malaquías 3:8-9 

¿Cómo se le roba a Dios, si al fin y al cabo lo que tienes en tu bolsillo le pertenece a Él?  Retengas el diezmo o no, con lo que tú te quedas en tu mano le sigue perteneciendo a Dios.  Cuando lo entregas a la casa del Señor, todavía le pertenece a Dios; siempre le pertenece a Dios.  Siendo así, entonces, ¿cómo se le roba a Dios?  Pues Dios dice que tú le robas porque le quitas la oportunidad de Él poder hacer algo a favor tuyo.  Una cosa es la misericordia de Dios, que no nos la merecemos; otra cosa es cuando actuamos en fe, activando ciertos principios espirituales.  Dios quiere multiplicarte, Él quiere que tú salgas de vivir de la misericordia para vivir en su favor, en la gracia, en aumento.  Atrévete a diezmar, a ofrendar, a creerle a Dios por multiplicación en tu vida. 

Jorge Calles

Venezuela, Estado Zulia

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