Trabajar y Emprender para Dios

Emprender es tener la iniciativa de llevar a la práctica una idea, es decir, llevar a cabo la producción del bien o prestación del servicio, sin que esto quede en una mera intención.

Desde el momento del nacimiento de la idea hasta el momento de poder ejecutarlo comienza un carrera donde se nos presentan un sin fin de obstáculos que se convierten en retos y metas para alcanzar nuestro objetivo.

Si anteriormente no se tiene la experiencia suficiente para desarrollar el nuevo proyecto la tarea es mas difícil siendo  el reto aun mayor.

Ademas de tener la logística del  proyecto pensada y su factibilidad debemos asegurarnos de contar con un conocimiento previo que es clave para poder emprender efectivamente.

La constancia y fe en Dios es lo primero que debemos tener ya que son varias fases  previas para poder los frutos esperados. Es por ello que se recomienda realizar un plan estratégico previo del proyecto.

La planificación es algo indispensable al emprender, se debe analizar el mercado, su competencia  y prever el presupuesto requerido. Esta planificación ayudará a evitar errores muy comunes en todo emprendimiento es fase inicial.

El emprendedor además debe ser una persona con capacidad de aprendizaje continua, dado que debe saber actuar ante los continuos cambios que suceden en la sociedad.

El emprendedor tiene que estar alerta y saber hacia dónde ir. Sucede que muchas veces lo que se aprendió en la universidad ya no es adecuado al menos para esa situación determinada. Para esto, es necesario ser flexible.