Cuidados del Recién Nacido Sano en Casa
Durante su estancia en el hospital, en el área de maternidad, su bebé ha sido revisado, evaluado y supervisado por un grupo de profesionales de la salud especialistas en el cuidado del neonato; enfermeras neonatales, asistentes de enfermería y por supuesto, su pediatra.
Dr. Martín A. Lasso B.
Pediatra-Neonatólogo
y
Dra. Issis C. Polo Robles
Pediatra
I. Introducción:
Antes de la salida del hospital al nuevo bebé se le han realizado varias exploraciones físicas dirigidas a intentar detectar malformaciones congénitas y diversas patologías propias de los primeros días de vida y de la adaptación a la vida extrauterina. A su bebé, se le habrán realizados diversos procedimientos diagnósticos e intervenciones de tipo preventivo pertinentes, cómo mencionamos en el número anterior, antes de la salida de su bebé de la sala de Neonatología, a usted se le hará entrega de un informe o resumen, donde constan éstas intervenciones. Usted puede estar segura que lleva a casa a un bebé que se considera como 'sano'. Su pediatra le orientará sobre lineamientos generales del cuidado del recién nacido sano y sobre cuidados particulares según sea el caso de su recién nacido. Usted tendrá un futuro encuentro con su pediatra aproximadamente entre los próximos 5 a 15 días de la salida del hospital según sea el caso de su bebé o de las características del sistema de atención de Salud al que acudirá. A partir de ese momento debe tener presente anotar en una agenda, libreta o en una hoja de notas, las interrogantes, dudas o preguntas que surjan en su contacto con el recién nacido durante los próximos días en casa, para su futuro encuentro con el pediatra.
Antes de continuar con el desarrollo de este importante tema y verdadero reto para la nueva madre, la nueva madre debe conocer algunas particularidades de su nuevo bebé en la primera semana, a la que llamaremos 'peculiaridades' del neonato para que usted las recuerde con facilidad.
II. Peculiaridades del recién nacido sano:
El número de deposiciones es muy variable, inicialmente en los primeros 3-4 días serán de un color verde oscuro llamadas meconio que tienen el aspecto de una 'melcocha', luego las evacuaciones serán como una diarrea, líquidas amarillentas con mucho gas (flatulencia) y grumos amarillentos y blanquecinos, hasta las deposiciones de color mostaza que son las características del bebé que es alimentado con leche humana o de un color entre gris o verdosas, de consistencia más firme, si es alimentado con alimentación mixta (pecho materno con fórmula adaptada de inicio)
La orina será de color claro, casi transparente, sin ningún tipo de olor.
El patrón de respiración será irregular, desordenado, por periodos muy acelerada, por momentos superficial (parece que no se mueve el tórax), en ocasiones con suspiros y jadeos, con ciertos sonidos conocidos como 'muermo' es por esto que llamamos a esta respiración irregular de los primeros meses, respiración periódica.
Dormirá mucho periodos muy largos de sueño que podría ser entre 16 a 20 horas por día, básicamente su bebé se despertará para comer y recuerde que la única forma de comunicarse con usted, es a través del llanto, el llanto significa: 'maaamaaaá!' y lo utiliza para avisarle a usted que tiene frío, calor, estoy orinado, estoy sucio, estoy sólo, estoy cansado de estar en la misma posición, tengo hambre, me molesta esta ropa, tengo hambre, me siento solo y finalmente en esta lista del llanto podría estar dolor pero esto es muy poco frecuente.
Algunas veces los bebés pueden adquirir un color amarillo llamado ictericia, que se produce por aumento de la bilirrubina. Esto puede ocurrir en 6 de cada 10 recién nacidos de término (37 a 42 semanas) y en 8 de cada 10 prematuros (<37 semanas), si esta coloración se hace más intensa con el paso de los días debe comunicarse con su pediatra.
Su bebé en el primer mes, durante las noches, cuando se encuentre dormido, hará un ligero esfuerzo, que es normal, fisiológico con el que aumenta la presión en el abdomen para favorecer el movimiento intestinal que es conocido popularmente como 'el pujo' y que en nuestra cultura popular, muy rica en 'mitos', este sonido ha recibido una connotación de que traduce un dolor o una incomodidad producto de la alimentación de la madre (entre otras explicaciones). Este sonido mi estimada señora que nos lee, es completamente normal.
Su bebé debe ser alimentado con leche materna especialmente durante todo el primer mes y durante los próximos seis meses, ya que esta medida permite un desarrollo cognitivo, crecimiento superior, reduce enfermedades respiratorias, gastrointestinales, alergias y asma comparados a los bebés alimentados con fórmulas adaptadas. Esta intervención reduce la morbilidad y mortalidad neonatal e incide en la reducción de la mortalidad infantil en todos los países en donde se ha realizado promoción de la lactancia materna. Usted tiene que intentar alimentar a su bebé con leche materna, ya que pueden existir en su leche algún componente dentro de su composición, que la ciencia actual desconoce y que puede servir para el desarrollo cerebral y el intelecto de su bebé.
Los recién nacidos de término pierden el 10% de su peso al nacer en la primera semana de vida, producto de las pérdidas de líquidos a través de la piel, la orina y la respiración, por esta razón, aunque su bebé esté bien alimentado en la primera cita con su pediatra, usted podrá ver una pérdida de peso que es completamente normal.
III. Cuidados generales en el hogar para recibir a un recién nacido:
El cuarto del bebé debe estar limpio, cómodo, ser fresco y bien ventilado. Sólo necesitará su cuna y algún sillón cómodo de respaldar alto para cuando usted le amamante. Sabemos que probablemente usted prefiera tenerlo en su habitación al lado de usted, pero esto por la salud mental de su hijo, no deberá extenderse más allá del primer mes. Los recién nacidos usualmente duermen en espacios reducidos y podría estar en pequeñas cunas (Moisés) o camitas; en nuestra práctica como pediatras hemos visto dormir a los bebés en cargueras, hamacas, cunas de mecer, cochecitos, etc. Lo que nunca debe ocurrir es que el recién nacido duerma en la misma cama de sus padres, ya que esto puede acarrear accidentes serios para la vida del neonato.
La ropa debe ser de algodón, cómoda, liviana, fresca, fácil de poner y quitar. Antes de que su bebé la utilice debe lavarla con jabón de bebé o detergente neutro y deberá ser enjuagada generosamente.
Antes de tomar en sus brazos a su bebé y antes de cualquier contacto en casa, recuerde siempre lavarse las manos con agua y jabón. Podría utilizar los geles de alcohol con una concentración superior a 60%. Recuerde que las manos sucias son el mayor vehículo de transmisión de infecciones.
El bebé deber dormir sobre su espalda, con la cuna inclinada a unos 30° a menos que su pediatra le haya dado otra recomendación según alguna situación clínica particular. No utilice nunca una almohada para dormir.
No fume en presencia del bebé, el humo es un irritante de las vías aéreas y es además una causa frecuente de quemaduras accidentales.
Debe evitarle a su bebé el contacto con personas que tengan enfermedades contagiosas (resfriados, diarreas, etc.)
Acuda a la atención de su bebé, cada vez que llore, usted no lo está malcriando. Demuéstrele su afecto cuando este despierto y alerta, tómelo en sus brazos, acarícielo, háblele, cántele, etc. Disfrute a su tesoro, a ese hermoso regalo que ha recibido de Dios.
Si usted está cansada, nerviosa o triste, ¡pida ayuda! Nunca dude de su capacidad para atender a su bebé, pero en los primeros meses es una misión titánica, todos los sabemos, así que no dude en solicitarle ayuda a sus familiares.
La alimentación al seno materno no tiene un horario estricto, se le ofrece a libre deseo y demanda del recién nacido, si el bebé ha comido suficiente y recibe lactancia materna exclusiva es posible que las tomas ocurrirán cada dos horas, pero su pecho no es un 'chupete', dele de comer, traté de que expulse los gases y llévele a dormir.
No le ponga cordones, cadenitas, ni cintas en el cuello. No utilice sortijas en los dedos de su bebé, no debería utilizar imperdibles, pero si aún usted utiliza pañales de tela, utilice entonces imperdibles de seguridad o utilice algún tipo de cinta adhesiva hospitalaria para sostenerle los pañales de tela.
No utilice fajas, ni ombligueras, ni botones no es necesario, las hernias del área del ombligo se resolverán solas sin ningún tipo de intervención, usualmente a los seis meses, cuando el bebé mejore la postura, tenga control del tono y logre sentarse sin apoyo.
El recién nacido es sumamente sensible al contacto, usted debe transmitirle sensación de seguridad, amor, apoyo, calor y protección. Sosténgalo cada vez que usted pueda. En esta ventana crítica ocurre el apego emocional suyo con su bebé y esto permitirá el desarrollo de una personalidad saludable.
IV. Aseo del recién nacido
A. Alcohol 70%: Tradicionalmente se ha utilizado este tipo alcohol para la limpieza y cuidado del remanente del cordón umbilical, este deberá caer entre los primeros 7 a 14 días. Debe limpiarlo especialmente en la base, para promover su secado y caída. Al limpiarlo, procure desprender una sustancia amarillenta pegajosa que hace que el cordón se mantenga adherido a la piel. El remanente del cordón umbilical durante la limpieza puede sangrar, especialmente poco antes de caer. Límpielo generosamente con cada cambio de pañal. Luego que caiga el cordón el bebé podrá ser bañado en su tina de la cabeza a los pies con agua tibia. La mayoría de los recién nacidos lloran cuando uno le limpia el cordón con el alcohol, esto es porque sienten frío, es completamente normal, no se preocupe, puede minimizarse, si aprieta el algodón con alcohol antes de aplicarlo sobre la piel.
B. Cambio y Limpieza del área del pañal: Cada vez que usted observe que el pañal de su bebé está mojado o sucio, usted deberá cambiarlo inmediatamente, para evitar irritaciones en la piel. Usted puede utilizar algodón húmedo, una toalla de algodón delgada y pequeña o toallitas húmedas desechables con cada cambio de pañal para eliminar los residuos de orina y heces que están sobre la piel de su bebé. Debe limpiar siempre de adelante hacia atrás, de los genitales hacia los glúteos. Si usted utiliza agua o las toallitas húmedas desechables, debe secar la piel, del exceso de líquidos sobre los genitales y/o glúteos. Antes de cerrar su pañal, aplique vaselina o alguna crema o ungüento con base de óxido de zinc, generosamente en todas las áreas que serán cubiertas por el pañal, los glúteos, los genitales y el área inguinal para evitar las irritaciones en el área del pañal.
C. Las uñas: Cada dos o tres días, cuando la longitud de las uñas sea excesiva y exista riesgo de que se lastime, usted deberá cortar las uñas de las manos con una tijera de punta redondeada o roma o algún cortaúñas de bebé, y cortar las mismas de forma recta. Las uñas de los pies son muy delgadas a esta edad y se quiebran solas.
D. El Baño del Recién Nacido: En países calurosos y húmedos como el nuestro, es recomendable bañar al recién nacido todos los días, salvo exista una situación particular de su niño o alguna enfermedad de la piel, su pediatra le informará de acuerdo al caso. Mientras no se haya caído el cordón umbilical, el baño deberá ser de toallita o con una esponja. Cuando éste se haya caído y haya cicatrizado o cubierto por piel, usted puede bañar al bebé en una tina. Debe tener presente que la hora del baño de su hijo, es el momento en donde pueden ocurrir muchos accidentes, le recomendamos se concentre y tenga a mano todas las cosas que usted vaya a utilizar: jabón de baño, toallita o esponja, algodones, toalla, cremas, envase pequeño para verter agua limpia. Existen en el mercado una gran cantidad de productos para el aseo del bebé, que son innecesarios y no recomendables como por ejemplo: polvos, aceites para el cuerpo, shampoo, perfumes, juguetes, entre otros. Nunca deje al bebé sólo en el agua. Olvídese del timbre, celular, teléfonos. Si olvidó algo en ese momento y está sola, cargue al bebé con usted y busque lo que le hace falta. El agua para bañar a su hijo debe estar tibia, esto hará que sus músculos se relajen y el baño sea un momento que el bebé llegue a disfrutar. Durante el baño su bebé tendrá la oportunidad de explorar su entorno, jugar, chapotear y divertirse! Verifique siempre la temperatura del agua antes de colocar a su bebé en la tina o platón que usted utilice. Si usted prefiere utilizar una tina, compre alguna con respaldo para la espalda con esponja en ésta área para evitar que se deslice y además apoyo para las piernas para evitar que resbale y se sumerja en el agua. No debe llenar la tina demasiado, se recomienda llenarla hasta dos pulgadas de agua. El jabón que usted debe utilizar debe ser un jabón neutro, sin colorantes ni perfumes, puede ser en barra o líquido de acuerdo a su preferencia o conveniencia; existen muchas marcas en el mercado que usted puede elegir, actualmente existen en el mercado los jabones sin detergente, que son la alternativa ideal para los bebés recién nacidos, especialmente para aquellos con piel sensible. Los jabones neutros no producen mucha espuma. Debe lavar con jabón todo su cuerpo inclusive la cabeza, ya que si no lava la cabeza se puede formar la llamada costra de leche en la región frontal. Si prefiere utilizar shampoo de bebé, este no debe utilizarlo más de una vez a la semana, porque reseca el cabello y pierde su brillo. Lave la cara y el resto del cuerpo lávelo en dirección de arriba hacia abajo. Ponga especial cuidado en las áreas de pliegue: en el cuello, detrás de las orejas, en las axilas, los genitales. Durante el baño háblele con voz dulce o le puede cantar. Cuando usted haya terminado utilice una toalla de algodón para secarlo. Puede utilizar las toallas con capucha para la cabeza para mantenerlo seco y abrigada esta área. Para evitar accidentes tenga disponible una segunda toalla para usted, para secarse las manos antes de levantar a su hijo. Seque todo su cuerpo por toques para no maltratar la piel. Cuando la piel esté seca puede aplicar una crema humectante para mantener la piel lubricada. Evite el aceite de bebé ya que no penetra la piel, no lubrica y puede producir irritaciones o erupciones como el llamado salpullido. No bañe con agua y jabón varias veces al día a su hijo, ya que esto sólo servirá para que la piel se reseque, pierda la grasa protectora natural y las lesiones en la piel se vean más grandes. Si la piel esta reseca, usted puede aplicar varias veces al día una crema humectante. En las orejas se puede utilizar un aplicador de algodón para limpiar las curvas del pabellón auricular, no lo introduzca dentro del conducto auditivo puede producir lesiones. Detrás de la oreja se acumulan restos de piel, que por lo general se desprenden durante el baño cuando utiliza agua y jabón, si estas costras no se desprenden puede utilizar un aplicador con aceite para facilitar esta tarea. En la boca, observará que la lengua se mancha con restos de leche y adquiere una coloración blanquecina, no es necesario lavarla, ni utilizar cepillos o productos como miel para su limpieza. El área genital del varón debe lavarla igual que el resto del cuerpo, no le tenga temor a los genitales, no los va a lastimar, no es necesario retraer el prepucio en este período; su pediatra le informará cuando se debe realizar esta acción. En el caso de las niñas usted observará que todos los días sale un moco claro o blanquecino del área genital, esto es completamente normal, usted puede al lavarla, utilizar algodones húmedos y limpiar de adelante hacia atrás, de los genitales hacia el ano, para evitar contaminación de los genitales con heces.
E. Crema Humectante: Después del baño o durante el día, si el bebé es expuesto al aire acondicionado, usted puede aplicar en toda la piel algún tipo de crema humectante para la piel, esto permitirá que además de lubricar la piel de su bebé (¡sí señor! A los varoncitos también se les debe aplicar). Existen diversos productos en nuestro medio para este propósito. Consulte con su pediatra el más conveniente para su bebé de acuerdo a las características de su piel.
V. Cuando llamar al pediatra:
Este punto es interesante y según las madres sin experiencia, la respuesta es: ¡SIEMPRE!. Si esto puede sonar lógico, gracioso, exagerado, en fin, ni nosotros los pediatras nos ponemos de acuerdo, ya que dependerá de la forma de ser de cada uno de nosotros y de nuestro sello personal en el ejercicio de nuestra profesión. Pero si existen situaciones indiscutibles en las que usted debería consultar al pediatra de su confianza:
· Si su bebé tose.
· Si su bebé está resfriado.
· Si su bebé vomita o regurgita la leche en casi todas las tomas del día y durante varios días.
· Si su bebé respira con dificultad o si presenta movimientos visibles en el tórax.
· Si el bebé presenta fiebre (temperatura superior a 37.5°C) o lo que sería peor si no registra temperatura o si es menor a 36°C
· Si lo observa decaído, somnoliento, sin deseos de comer o que está comiendo cada vez menos de lo habitual.
· Si lo observa irritable, con llanto inconsolable y en exceso.
· Si luce de un color morado o violáceo.
· Si el bebé muestra un aumento de la ictericia, a pesar de las medidas sugeridas por su pediatra.
· Si su bebé presenta alguna secreción purulenta por los ojos, la nariz o los oídos.
VI. Cuando debemos ir a Urgencias:
La respuesta de esto para una madre con un recién nacido enfermo es obvia, siempre! Especialmente si no logra comunicarse con su pediatra. Las urgencias médicas están bien tipificadas y las compañías de seguro privados utilizan los códigos de diagnóstico y procedimiento para las enfermedades basados en criterios a nivel internacional. Los médicos especialistas en urgencias médicas usualmente no les agrada atender las enfermedades que no son consideradas urgencias verdaderas. Intentando buscar un punto medio, podemos enumerar algunas situaciones que consideramos muy peligrosas para la seguridad de un recién nacido y que ameritan una visita a un cuarto o sala de urgencias:
· Convulsiones.
· Fiebre elevada refractaria o que no cede a pesar de un tratamiento médico establecido.
· Recién nacido con dificultad respiratoria secundaria a una infección de vías aéreas superiores que no mejora o que se ha agravado, a pesar de un tratamiento médico establecido.
· Neonato con vómitos o diarrea y signos de deshidratación o que no ha orinado en las últimas 8 horas.
· Traumas o accidentes.
Referencias:
1. Illingworth, R. El niño normal: Problemas de los primeros años de vida y su tratamiento. Editorial El Manual Moderno. Cuarta edición. 1993: 81-99.
2. Plata Rueda, E. Leal Quevedo F. Preguntas de madres. Editorial Médica Panamericana. Cuarta edición. 1998: 117-127.
3. Shelov S. El Cuidado de su hijo pequeño: desde que nace hasta los cinco años. Academia Americana de Pediatría 2001: 54-59, 148-149.
4. Spock B Rothenberg M. El cuidado de su hijo del Doctor Spock. Pocket Books, Simon and Schuster, Inc. New York 1997: 84-86
5. Eisenberg A, Murkoff H, Hathaway S. El primer año del bebé. Grupo Editorial Norma 1991: 87-91.
6. Página de la Sociedad Española de Pediatría.
7. Página de la Sociedad Argentina de Pediatría.
8. Página de la Sociedad Mexicana de Pediatría.
9. Manual de Puericultura de la sociedad Panameña de Pediatría. Segunda edición 2010.